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Cómo superar el temor a manejar después de un accidente

Cuando un incidente vial ocurre, hay algunos daños y consecuencias que son más fáciles de detectar que otros. La primera preocupación que puede surgirle son los daños físicos y luego los materiales, sabiendo lo complicado que es conseguir reintegros por parte de las aseguradoras.

Sin embargo, muchas veces se subestima la gravedad de los daños psicológicos (enlace en inglés) que un accidente de este tipo puede ocasionar. La aparición de miedo, nerviosismo e inseguridad son frecuentes, sumados a un sentimiento de culpa si se responsabiliza a sí mismo por lo ocurrido. A esto se añade la imposibilidad de realizar una tarea que antes parecía sencilla, pero ahora genera estrés e impotencia.

A pesar de que el camino a recorrer para poder recuperar la confianza atrás del volante es muy personal y no hay receta general para todos, usted puede practicar ciertos hábitos que pueden ayudarlo, acelerando el proceso y dándole herramientas para facilitarlo.

Exteriorizar

Por más que al principio este proceso pueda resultar doloroso, le será útil poner por escrito su recuerdo sobre el accidente. Narrar lo ocurrido le permitirá racionalizar el choque, tomando consciencia de qué fue lo que pasó de una manera más objetiva. Asimismo, poder contárselo a amigos y familiares puede ayudarle a disminuir la ansiedad y el miedo que puede estar padeciendo al revivir la situación en su cabeza.

Compañía

Volver a ponerse tras el volante puede resultarle mucho más fácil si lo hace acompañado de alguien de su confianza que lo haga sentir más seguro. Si aún no se siente preparado para tomar el lugar del conductor, puede comenzar como acompañante.

Volver a conducir lo más pronto posible

Si bien apresurar la vuelta no es una buena idea, tampoco lo es demorarlo. Mientras más tiempo pase, el miedo y la ansiedad van instalándose más profundamente, haciéndose más difíciles de erradicar.

Empezar a manejar en situaciones controladas

El proceso debe ser gradual y comenzar en un punto donde usted se sienta lo más cómodo y tranquilo posible. Para algunos, este lugar puede ser una playa de estacionamiento vacía, o un barrio tranquilo, con poco tránsito. Recién cuando haya logrado sentirse a gusto en este tipo de lugares se recomienda intentar manejar en una zona con más presencia de vehículos.

Recuerde que cada persona atravesará un proceso diferente, dependiendo de la gravedad del accidente, su responsabilidad en el mismo y su propia personalidad.

Puede ser que durante la recuperación no sean visibles señales de progreso o la problemática alcance niveles tan importantes como para condicionar su vida. En tales casos, es recomendable acudir a un profesional quién podrá otorgarle estrategias para recuperar la confianza perdida.

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