Manejar distraído es un problema monumental en nuestra sociedad, porque pone en peligro todos en la calle, no solo el conductor distraído. Debido a las distracciones de los demás, hasta el conductor más prudente está en peligro de un choque cada vez que se sube al auto. Estas son las maneras más comunes que un conductor puede distraerse, con consecuencias devastadoras.
Los tres tipos de distracciones
Los expertos sobre los accidentes automovilísticos dividen las distracciones en tres categorías (enlace en inglés).
Las distracciones visuales son las que hagan que el conductor saque sus ojos de la calle. Una distracción manual es algo que saca una o las dos manos del volante. Una distracción cognitiva es algo que distrae la mente y no permite que el conductor se concentre en manejar de manera prudente.
Las fuentes más comunes de distracción
Hoy en día, el uso de celular mientras uno maneja es la distracción más común. Lo que hace que el celular sea tan peligroso es que es una distracción visual, manual, y cognitiva. Solo el acto de leer un mensaje en Whatsapp o cambiar una canción en Spotify saca una mano del volante, saca los ojos de la calle, y saca la mente de la conducción.
Aun si la distracción es por pocos segundos, puede ser suficiente para no tener tiempo para reaccionar en tiempo a un peligro en la calle.
Para los conductores jóvenes – especialmente los adolescentes – tener pasajeros adolescentes es una distracción considerable. Las estadísticas demuestran que cada pasajero adolescente adicional aumenta la probabilidad de un choque potencialmente fatal para un conductor adolescente (enlace en inglés).
La conducción distraída es una lamentable realidad. Todos nosotros podemos hacer nuestra parte para evitar las distracciones, y – si somos la víctima de la conducción distraída de otro – buscar la compensación por nuestros daños financieros y físicos.